Nuevos socios energéticos: un campo de pruebas para el giro geopolítico de Europa

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Jul 19, 2023

Nuevos socios energéticos: un campo de pruebas para el giro geopolítico de Europa

La guerra en Ucrania ha obligado a los europeos a mantener las luces encendidas mediante la adopción de un enfoque mucho más estratégico para su seguridad energética. El Energy Deals Tracker del ECFR ha seguido el éxito de la UE

La guerra en Ucrania ha obligado a los europeos a mantener las luces encendidas mediante la adopción de un enfoque mucho más estratégico para su seguridad energética. El Energy Deals Tracker del ECFR ha monitoreado el éxito de la diversificación energética de la UE e identifica los desafíos futuros.

De muchas maneras, la invasión rusa de Ucrania ha obligado a los europeos a repensar la geopolítica, siendo la política energética una de las áreas más transformadas. Desde febrero de 2022 buscan proveedores de energía alternativa para llenar el vacío dejado por Rusia. Pero los europeos deben tener cuidado de proseguir este proceso de diversificación junto con un enfoque más estratégico en materia de energía.

Desde enero de 2022, el Energy Deals Tracker del ECFR ha rastreado los principales acuerdos energéticos que la Unión Europea y sus estados miembros han negociado con socios de todo el mundo. El rastreador ha arrojado luz sobre tres desafíos estratégicos clave para la política energética del bloque. Estos incluyen la necesidad de: construir relaciones energéticas más diversas y resilientes; fortalecer las asociaciones con vecinos cercanos; y conciliar esto con las prioridades climáticas de la UE.

El Energy Deals Tracker documenta la creciente dependencia de la UE de aliados cercanos, como Noruega y Estados Unidos. Sin embargo, teniendo en cuenta únicamente la demanda energética de la UE, no puede darse el lujo de comprar energía únicamente de países con sólidos antecedentes en materia de democracia y derechos humanos. De hecho, de 122 acuerdos identificados en el rastreador, 37 se refieren a países que se consideran ampliamente “no libres”.

Por lo tanto, el desafío para los europeos es comprender cuándo pueden invertir en asociaciones energéticas con países autoritarios –como Qatar, Arabia Saudita o Azerbaiyán– y cómo hacerlo sin renunciar a la defensa de los derechos humanos. Una forma de evitar atarse las manos cuando se trabaja con autocracias es diversificar los socios; Desde esta perspectiva, es alentador ver que la UE ya no está poniendo todos los huevos en una sola canasta. Otra forma es construir asociaciones más interdependientes (ver más abajo), dando a Europa suficiente margen de maniobra para seguir expresando el historial de derechos humanos de sus socios. Por último, estas asociaciones deberían basarse no sólo en intereses económicos sino también en intereses compartidos de política exterior.

En segundo lugar, la UE no puede escapar de su geografía. Por lo tanto, necesita comprender la importancia clave que una región en particular –el Norte de África– tiene para sus intereses geopolíticos más amplios.

Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto ya están desempeñando, en diversos grados, un papel crucial suministrando petróleo y gas a los países de la UE, además de ayudándolos a gestionar la migración. El rastreador confirma que 17 de los 122 acuerdos son con países del norte de África. Pero gran parte de Europa necesita desaprender el hábito de identificar el norte de África únicamente con el suministro de combustibles fósiles y la migración.

En el futuro, estos estados también podrían convertirse en importantes proveedores de energía y electricidad limpias para Europa. Esto requiere construir asociaciones estables y así convencer a los países del norte de África de que les conviene fortalecer sus vínculos con Europa en lugar de, por ejemplo, con China.

La UE necesita mirar más allá de la cooperación energética y ofrecer asociaciones más integrales con sus vecinos.

Para tener éxito, la UE necesitará mirar más allá de la cooperación energética y ofrecer asociaciones más integrales con sus vecinos. Pero si bien la Asociación Verde UE-Marruecos (detallada en nuestro rastreador) es un paso prometedor en esa dirección, aún no se ha materializado un acuerdo similar con Argelia. La UE y sus Estados miembros deberían centrar sus energías en intensificar sus relaciones en esta región.

Finalmente, el mundo está prestando mucha atención a lo que significan los nuevos acuerdos energéticos de la UE para la agenda climática del bloque. Entre los 122 acuerdos identificados en el seguimiento del ECFR, 61 están dedicados al gas natural, pero sólo 17 de ellos incluyen un componente de energía limpia. Si no se da suficiente prioridad al futuro limpio en los nuevos acuerdos energéticos de la UE, los europeos corren el riesgo de comprometerse a importar combustibles sucios incompatibles con sus ambiciones verdes.

Al conciliar la seguridad energética con los objetivos climáticos, la UE se enfrenta a cuestiones difíciles, como si vale la pena invertir en duplicar la capacidad de un gasoducto que trae gas natural desde Azerbaiyán; si es necesario planificar tantas terminales de GNL; o si realmente debería apostar fuertemente por una tecnología de hidrógeno no probada, para la cual se planea reutilizar parte de la infraestructura.

Pero la UE debería buscar asociaciones que sirvan a ambos objetivos, por ejemplo, creando áreas de cooperación en materia climática con los Estados del Golfo y con otros socios energéticos. Después de todo, los socios de Europa a menudo albergan sus propias ambiciones climáticas y podrían convertirse no sólo en los “amigos necesitados” de Europa, suministrándole combustibles fósiles, sino también en sus “amigos de verdad”, compartiendo objetivos similares relacionados con el clima. Esto proporcionaría un terreno para asociaciones verdes estables y recíprocas.

Para que esto suceda, uno de los principales desafíos (que la UE está empezando a abordar, por ejemplo, mediante compras conjuntas de gas) es el de la coordinación. Los dos objetivos de las metas climáticas y la seguridad energética podrían unirse en la idea de una "seguridad energética sostenible" a nivel europeo. Pero, por el momento, la práctica ha sido a menudo dispersa y miope, y también se muestra en el rastreador a través de una multitud de diferentes actores europeos que buscan acuerdos con los mismos socios externos, como Qatar o los Emiratos Árabes Unidos.

Despertados por el impacto de la invasión rusa de Ucrania, los europeos están buscando nuevos socios y mejores asociaciones. Pero, si analizamos únicamente sus nuevos acuerdos energéticos, todavía les queda mucho por aprender (y desaprender).

El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores no adopta posiciones colectivas. Las publicaciones del ECFR solo representan las opiniones de sus autores individuales.